17 junio 2013

Para una profesora de hoy del Ramiro


 Para una profesora de hoy del Ramiro por Kurt Schleicher

 Parece que los hados continúan relacionándome con profesoras del Ramiro, aunque en esta ocasión debo decir que ha sido Vicente quien, al finalizar nuestra cena de la Promoción 64 del viernes pasado, nos propuso que escribiésemos algo de Mercedes Chozas, profesora del Ramiro en la actualidad y además escritora.

A esta propuesta me faltó tiempo para “salir voluntario” levantando el dedo, ya que efectivamente los hados o las casualidades habían hecho que me encontrase con ella aquél mismo día en la Feria del Libro, donde había ido a dar una rápida vuelta por la Feria, aunque en el fondo mis pasos se dirigieron rápidamente a localizar la  caseta en la que estaría firmando sus libros y porque sabía que después ya no iba a tener ocasión de hacerlo.

   Todavía no sé realmente el porqué de mi rápida reacción visceral a aceptar el reto de escribir algo sobre ella; probablemente esto no tenga mucha importancia, pero ya veré si lo averiguo. Será mezcla de varias razones dispersas, pero lo más probable es que volví a constatar que mi afirmación de que en el Ramiro hubo y hay profesoras con encanto ( ver artículo correspondiente  http://ramiro53-64.blogspot.com.es/2013/06/profesoras-con-encanto.html ) se volvió a confirmar aquella tarde. Nada más llegar y encontrarme con su sonrisa, le faltó tiempo para alargarme su último libro (“Los abecedarios”), aclararme que era un regalo de Rosa María y me lo dedicó. Quizás sea su extraña dedicatoria lo que me llamó la atención: “A Kurt, al arte que hace luz las máscaras, estos abecedarios que se llenan de historias, disfraces y tejados…”  Jamás me han obsequiado con una dedicatoria semejante, pues parece un mensaje en clave que hay que tratar de desvelar. ¿Será ésta otra razón de mi reacción? Es probable.

   Desde luego, parece claro que Mercedes no es una profesora corriente, lo que me lleva a reflexionar sobre las relaciones “profesores-alumnos” en el Ramiro en la actualidad, su didáctica, su “modus operandi”, el respeto que puedan o deban tener sus alumnos en clase (es vox populi que la juventud de hoy parece que destaca por su “exagerada confraternización” y llaneza en el trato con el riesgo subsiguiente) y la formación de los mismos. Me encantaría poder asistir a una de sus clases y observar sin ser visto cómo se desarrollan las mismas, pero eso no es posible, obviamente. Sin embargo, para muestra basta un botón, y tuve la oportunidad al menos de conocer a algunos de sus alumnos de selectividad (los del “preu” de antes) durante una conferencia en el Ramiro. Creo que ya lo mencioné anteriormente, pero me quedé agradablemente sorprendido por la inteligencia y profundidad de las cuestiones y discusión posterior que hicieron varios de ellos en el turno de “ruegos y preguntas” habitual tras una conferencia, denotando una madurez sorprendente y un “saber estar” muy reconfortante frente a la “mala fama” de los estudiantes en la actualidad, e incluso de los profesores (recordando el escándalo del nivel de las respuestas habidas en una selección no hace mucho tiempo). Observando aquello, pude constatar que el nivel era equiparable o mayor que el de las preguntas que se suelen hacer tras conferencias por sesudos damas o caballeros tras una conferencia de altura. No nos dejemos llevar, pues, por los tópicos, que tanto en educadores como en educandos hay personas que brillan con luz propia (o a lo mejor es que son así por ser semilla del Ramiro (¿?))
 
  Lograr esto solamente es posible tras una espléndida formación por parte de los profesores, en aquella ocasión Rosa María Muro y Mercedes Chozas. Chapó, como se dice en estas ocasiones. Tras aquella experiencia, se me encendió una lucecita de esperanza en el porvenir de este país, pues antes de ella sólo ves fracaso escolar, que estamos a la cola de la educación comparando con otros países, que hay que cambiar y recambiar las reglas (Logses y Lomses, etc.), y te das cuenta que lo que importa es mayormente el nivel de las individualidades, capaces de sacar petróleo en medio del árido campo de las leyes ineficaces. Cómo lo logran, la verdad es que ni lo sé ni lo sabré, pero se podría decir muy bien como cierto antiguo cardenal, mirando en este caso al nivel de los alumnos: “éstos son mis poderes”, sin más que ver los resultados.

 ¿Qué tendrá Mercedes (o Rosa María) para lograr esto? A lo mejor lo detecto en sus novelas, que siempre conllevan parte del espíritu del autor, o incluso se podría vislumbrar en su imagen, en su expresión, en su modo de ser, en su carácter, pues hay que tenerlo para obtener estos logros. Al ver la fotografía que le hice en la Feria, veo dulzura, encanto e ilusión a la vez que firmeza y determinación sobre una persona aparentemente frágil. Mucha carga para esa aparente fragilidad, pero ahí están los resultados.
Mercedes Chozas, Feria del Libro 2013

 Aparte de su faceta de profesora, está la de escritora, y además de éxito, a la luz de sus premios: el Nacional de Literatura Infantil (no es extraño, dada su vocación) por Palabras de cuento; el Austral por La mirada, la memoria y la voz de Valle (realizado en equipo con sus alumnos de COU) y ya más recientemente con el premio Río Manzanares de Novela por Las horas náufragas, que le fue entregado por otra dama que conozco desde hace tiempo –otra casualidad-  y por la que siento asimismo admiración y afecto: Pilar Martínez, ex-alcaldesa de Villaviciosa de Odón y hoy responsable gubernamental de la Dirección de Vivienda, Arquitectura y Suelo, de buen recuerdo para los villaodonenses como yo.


 Entrega de premios a cargo de Pilar Martínez
   Mercedes es además increíblemente prolífica, pues escribe teniendo que alternar esta actividad con la de profesora y ama de casa y lleva a sus espaldas, además de lo mencionado en premios, nada menos que una antología de cuentos contemporáneos (Antes de los 18), otra ambiciosa antología, como es la del Teatro español, otro de relatos en Sus labores, los libros infantiles Soliturno y los gulusmillas (¿qué serán?), Cuentos de bolsillo y Trocomocho, las novelas Miulina, Las tres voces de Marina, Cuatro veces adiós (aparte de la anteriormente citada del premio) y, por último, la más reciente, Los abecedarios, que acabo de empezar a leer. Me dijo que ésta última la había escrito en los últimos 4 años, cosa que si bien en principio parece mucho, no lo es en absoluto si tenemos en cuenta sus otras muchas obligaciones.

   De lo poco que llevo leído, creo que Mercedes debe tener alguna raíz gallega, por lo bien que utiliza expresiones poco corrientes para los no-gallegos. Sin embargo, es madrileña, pero no más que yo, pues nació aquí cuando yo ya había arribado por estos madriles procedente de Alemania y empecé a ir por el Ramiro de Maeztu…

 De su estilo literario no puedo decir nada todavía, pues soy aún un absoluto novel de su obra, pero por otras referencias creo que su característica es la capacidad de saber aflorar el encanto de lo cotidiano, añadiendo florituras de fantasías, imprevisiones y hasta absurdos, lo que debe darle un carácter muy personal, muy “Chozasiano”, podríamos inventar. Siente auténtico amor por la belleza de las palabras (Los abecedarios es una clara muestra de ello, por lo que voy viendo) y tiene auténtica personalidad y fidelidad a sus objetivos y pretensiones sin dejarse llevar por comercialismos y otros cantos de sirena. Parece ser que le gustan los personajes de la realidad diaria, a los que mueve con extraordinaria imaginación, haciendo que escapen de esa inercia cotidiana por los vericuetos que permiten escapar de su servidumbre. Parece ser también que la fotografía que ilustra la portada de su novela “Sus labores” es de su propia familia, en la que ella es la mayor de 8 hermanos, detalle muy bonito.

Portada de la novela “Sus labores”

   Poco más puedo decir de ella, pero creo como fotógrafo aficionado que “una buena foto vale por mil palabras” y la que le hice el otro día sin necesidad de ninguna repetición, habla por sí misma.

 Es decir, queda demostrado que es “una profesora con encanto” y que los del Ramiro de hoy son muy afortunados al tenerla con ellos.

KS, Junio 2013

3 comentarios:

  1. Pues Kurt tiene toda la razón y lo ha dicho todo. Lo comparto plenamente

    Manolo

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  2. Mi dedicatoria

    " A Manolo, a los abecedarios precisos del conocimiento que intenta explicar el mundo "

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  3. Pues aquí va la mía, también magnífica y apropiada:
    "A Vicente, al juego limpio en la cancha y en la vida"
    Ya he comenzado a leerlo y tiene un nivelazo!!
    Muy acertado el comentario de Kurt acerca del sentimiento por las palabras. Orienta al lector, presentando en itálica algunas de ellas, para que nos paremos a analizar su etimología, bien árabe, lusa en el caso de las gallegas, griega o latina, asi como como su significado o acepciones. Y no digamos nada acerca de la descripción inicial de cada letra del abecedario...Un tratado de conocimiento.
    Me ha hecho leerlo con un diccionario al lado, el cual consulto con frecuencia, para intentar extraer el conocimiento que de las mismas pretende transmitirnos.
    Mercedes, mi agradecimiento más sincero y mi enhorabuena.
    Y a quienes esto leáis, mi recomendación de que no os lo perdáis.

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