RESEÑAS ACTOS DEL CINCUENTENARIO 14-6-14

Reflexiones, Impresiones y Sentimientos, por Nicolás Pérez-Serrano

Contesto a lo que nos pedís con algunas reflexiones, impresiones y sentimientos

1ª.                      Todo es más pequeño que cuando estudiábamos allí. Entonces todo nos parecía enorme. Siempre me he preguntado por qué los directores de películas, para escenas en que los protagonistas son niños, no ruedan con la cámara a setenta centímetros del suelo. Lo contrario distorsiona y produce esas imágenes que al fin y al cabo se nos muestran como irreales, por muy veraces que sean.

2ª.                      Éramos muchos en la celebración. Y ello conforta e impresiona, al tiempo. Simultáneamente quiere decir que aquello nos dejó mucha huella. De lo contrario hubiéramos pasado olímpicamente de celebrar cincuenta años de la salida.

3ª.                      Más que la cordialidad, que la hubo y en grado superlativo según mi escala de apreciación de las cosas, me llamó todavía más la atención la naturalidad de esa cordialidad, la forma como todos estuvimos allí. Incluso para sentarnos en la escalinata, obviando de forma natural artrosis y dolencias que nos aquejan.

4ª.                      Podía haber aflorado -y no lo hizo; o yo no la escuché- alguna crítica de fondo sobre el sistema educativo de entonces, sobre la manera de aplicarlo el Centro, sobre los profesores que diariamente lo llevaban a cabo. Pero no, todos estábamos más que satisfechos, en términos generales aunque con matices, con cómo funcionaron esos tres grandes ejes en torno a los que se desarrolló nuestra educación y formación. Y no es que por definición cualquier tiempo pasado fue mejor. Constato que eso en nuestro caso fue verdad y que todos coincidimos en ello.

5ª.                      Me ratifiqué en la idea de que es falsa de toda falsedad cualquier diferencia entre el A y los demás grupos. Una cosa es que nos conociéramos más los componentes de aquel al que pertenecimos, y otra cosa muy distinta es que hubiera diferencias entre los grupos y menos aún sustantivas o de calado.

6ª.                      Hay Ramiro para rato: junto con nuestras viejas glorias presentes (las Sra. Rey y Pisón), estábamos todos nosotros y jóvenes representantes de la actual docencia en el Ramiro, sin acaso grandes distingos en lo esencial, que parece que pervive aunque las cosas no hayan dejado de evolucionar y de adaptarse a los tiempos que a cada generación le toca vivir.

7ª.                      Cuando la querida Rosa Muro me invitó, hace unos meses, a dar en el Ramiro una charla a sus alumnos del departamento de Historia, lo hice (fue a mediados de marzo) sobre las Cortes; pero incluí unas reflexiones finales, que me valen para terminar estas vivencias de nuestros fastos (bien modestos, por cierto, y que así responden a cómo somos) del cincuentenario, pues me parece que en el momento que vivimos y para los años que tenemos nos pueden ser útiles

·         La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento (Código Civil).
·         El diálogo (que no el dictálogo) debe pertenecer a nuestro código de conducta, como imperativo categórico. Sin él valemos menos.
·         El modernismo no tiene por qué anular la tradición. Lo difícil es modernizar la tradición sin aniquilarla.
·         No resulta imposible adquirir ciertas dosis de sosegado patriotismo.
·         Un moderado “chauvinismo” es exigible a personas de una cierta formación, desde el privilegio que supone el acceso a centros que imparten una excepcional “Weltanschauung” como la que aquí recibís (y en su momento recibimos nosotros).
·         Las gentes de “ciencias” no tienen necesidad de maltratar el lenguaje. No se debe ser mejor científico por hablar peor.
·         El lema del Quijote sigue siendo hoy día válido: “seamos Vd. y yo buenos, y habrá en el mundo dos pillos menos”; luego no hay que esperar a que reaccione el otro o a que venga Papá Estado a resolvérnoslo todo.

Un gran abrazo para todos.


Kolia Pérez-Serrano Jáuregui (en el Ramiro Nicolás Pérez Jáuregui).



Comentarios de Manolo Rincón y Kurt Schleicher:


Querido Nicolás
Gracias por tus reflexiones sobre nuestro querido Instituto.
En efecto todo nos parecía muy grande era natural nosotros éramos pequeños ahora todo es un poco más pequeño pero sigue creo impresionando igual.
En efecto coincido contigo que fuimos muchos en la celebración y eso quiere decir que la huella era profunda pues si no ciertamente habríamos pasado del tema,
La cordialidad o el trato afable que nos dedicamos fue bastante impresionante.
Críticas a la educación recibida yo creo que en estos años que llevamos en contacto habido muy pocas y el otro dia no afloraron de ninguna forma.
Coincido contigo que los alumnos del A nos conocíamos mucho más porque estuvimos más de 11 años juntos y nos relacionamos poco con los otros grupos lo que no quiere decir que hubiera diferencias sino sólo falta de conocimiento,
Espero que tengas razón en lo de que hay Ramiro para mucho tiempo al menos es la intención de bastantes de nosotros que esto continúe y lleguemos al 60 anivetsario.
Hay que reconocer a Rosa Muro varias cualidades humanas importantes . Una es que ha sabido despertar interés en antiguos alumnos sobre el Ramiro. La otra es que ella misma es el nexo de unión  entre el Ramiro que conocimos y el actual y espero que lo sea durante muchos años más.
Tus reflexiones finales son eternamente válidas.
Un fuerte abrazo
Manolo Rincón


Una de las razones es que a mí el cincuentenario "se me quedó corto", no porque no lo mereciera, sino porque, como comentas, éramos muchos. Cuando ya los fastos pasaron y cada mochuelo se había ido a su olivo, me quedó un sabor agridulce de no haber sabido aprovechar esta magnífica oportunidad para cambiar impresiones con todos y cada uno de los 85 compañeros que nos reunimos allí. Claro, no era posible; como soy de Ciencias, haciendo una simple aproximación matemática, 5 horas son 300 minutos, que, divididos por 85, sale a razón de 3,52 minutos por conversación personal para hablar algo con todos y cada uno, lo que es bastante exiguo (¡!) Si encima como en mi caso tenía que hacer fotos a los 85 para que no se me escapase ninguna para la orla, aún me quedó menos...

  Mi reflexión más inmediata es que atesoramos tantas cosas que necesitaríamos un tiempo tendente a infinito para poder aprovecharlas, de forma que un cincuentenario es solamente una “opportunity” o un comienzo. Como bien dices, “hay Ramiro para rato”. Y si nos reímos, más...

  Respondiendo a alguna de tus reflexiones:
1. Las fotos siempre hay que hacerlas a la altura de la barriga para evitar distorsiones (los que sean más gordos conviene que se pongan además completamente de frente…). A los bajitos conviene hacerles las fotos desde una altura aún inferior (salva sea la parte), pues de esta forma la distorsión les favorecerá.    Por lo demás, donde más se notaba que todo es más pequeño era en las clases y los pupitres…¿Cómo podíamos ser capaces de estar horas y horas ahí metidos?

2. (Véase más arriba)

3. La naturalidad de la cordialidad: ¿Será porque se trata de un re-encuentro y no un encuentro? ¿Será porque nos ha crecido de pequeños un gen común que ahora se manifiesta? En cualquier caso, magnífico.

4. Críticas a la educación de “entonces”: cada uno tendrá sus experiencias, claro, pero yo creo que teniendo en cuenta la época y el entorno, no podíamos haber recalado en ningún “puerto” mejor. Coincido contigo, desde luego.

5. Los diferentes grupos del A al F: como ahora estamos todos juntos y revueltos, ya no estamos “enclasillados” como entonces… se trataba de efecto pared nada más.

6. Cincuenta años son muchos para esperar que nada cambie. Yo me quedé agradablemente impresionado por los “del preu del Ramiro en 2013”, posiblemente con más criterio que nosotros. También es verdad que los medios de difusión y comunicación han evolucionado muchísimo… de esto habría mucho que hablar.

7. Sí que son reflexiones originales, para pensar un rato.   On the spot:

o   Modernismo y tradición no tienen más remedio que convivir

o   Sosegado patriotismo: no nos vendría nada mal, especialmente a unos cuantos más jóvenes que confunden la libertad con la independencia…

o   “Weltanschauung”, que literalmente se compone de “Welt=mundo” y “Anschauung=contemplación” (veo que no has olvidado el alemán). Sin embargo, creo que el sentido real de la palabra aquí es de una contemplación activa = percepción... ¿verdad?

o   Lo de maltratar el lenguaje creo que viene más de una concepción actual del tiempo más comprimida en los jóvenes de ahora (¡los pulgares no dan más de sí en los móviles!) y de un desprecio a las normativas del idioma… ¡si el sr Navarro levantase la cabeza!

o   Del Quijote: no nos vendría mal de vez en cuando ver gigantes y no molinos…


  Un fuerte abrazo,

Kurt Schleicher

VIDEOS DE LOS ACTOS DEL CINCUENTENARIO
...por Vicente Ramos


Para verlo pinchad en este enlace, por favor:
http://tricente.blogspot.com.es/p/video-de-los-actos-del-cincuentenario.html


UN FIN DE SEMANA DE 50 AÑOS
…por Moncho Alba

Aquí en Valencia, una de las cosas que me llamó la atención cuando tuvo que venirse toda mi familia a vivir en 1.963, además de la costumbre “religiosa” de almorzar entre las 9 y las 11, fue que el día 20 de marzo, cuando estando aún las cenizas calientes de las fallas quemadas pocas horas antes, ya había falleros que, si te descuidabas, ya te vendían lotería para sacar dinero para la falla del siguiente año.
Pues eso me lo ha recordado el correo que nos mandó Vicente ayer con los enlaces de los últimos artículos del blog. No pasaron 24 horas de nuestra grata reunión y ya estaban intentando dar vida a esa página que, sin duda, ha sido un poco como el mortero que ha cohesionado desde hace dos años nuestra ilusión por reunirnos.
Y al igual que en las fallas, siempre son cuatro o cinco los motores que hacen mover al resto de falleros. Y además, parece que Vicente sabe que es necesario a veces; “dejarlas caer” y por eso en su correo cita los nombre de posibles “falleros” que sin tener ánimo de ir a vender lotería, se encuentra con su talonario entre las manos sin otra opción que venderla. Lo digo porque el anuncio de los autores de los siguientes artículos que irían apareciendo en el blog, fue un invento suyo. Vamos, lo que se suele denominar una “encerrona”, pero que hay que agradecer de corazón que lo haya hecho.
Solo pasando el pequeño apuro de escribir esto, es como puede crecer mi cariño a vosotros y hacia quien me empujó a hacerlo. Y además sabed que, si yo pude escribir también lo puede hacer cualquiera, ya que os reconozco mayor valía, sin envidias, pero así es y si yo lo hago, puede hacerlo todo el mundo. Y me gustaría saber cómo pasasteis ese día, no sólo los que asististeis, sino también los que no pudisteis hacerlo o no saltaseis la barrera de asistir a un acto con 84 “desconocidos”. Pensareis que con que escriban uno o dos, ya no hay nada más que aportar y en eso sí que puedo afirmar que se equivoca el que así piensa. No es lo mismo escribir como un mero “espectador” de un acontecimiento, que como “protagonista” del mismo, que es como debemos intentar escribir, pues solo hubo un acontecimiento, es cierto, pero hubo 84 experiencias diferentes, 84 formas distintas de haberlo vivido y eso es lo que a mi me gustaría conocer.
Bueno, pues os diré lo que fue para mí este último fin de semana, que gracias a mi atrevimiento, creo que lo pasé mejor que casi todos vosotros. Yo hice lo mismo que Vicente con el reciente correo y fue el atreverme con cierto descaro, pero eso sí con mucho cariño, a pedir a Francis (González García), que me acogiese en su casa un par de noches. 


De este modo, los actos del 50 aniversario, comenzaron el viernes con una comida, a la que se sumó Cerdán, una tarde de palique con Eloy Maestre y su esposa, para finalizar la velada de picoteo en un bar mientras Holanda nos metía 5 goles en los mundiales.


Eloy Maestre

Todos podréis pensar que, cuando le abres tu casa a alguien que no ves desde hace casi 50 años, es porque existe “algo más” y es así, existe un extra de cariño aunque haya pasado tanto tiempo sin mantener contacto. El que con Eloy comparta una cuñada, no significa que hayamos tenido trato durante estos años, ya que tan sólo nos vimos una par de veces tomando un café.
A la mañana siguiente la fiesta de veros a todos vosotros, desconocidos a los que quiero y que, como tengo la lista, si tuviese ocasión, lo mismo os tengo que pedir alojamiento en actos futuros (es broma), porque eso sí, yo no voy a ningún acto de compañeros si me falta ese rato de hablar con vosotros y conoceros mejor. Pues tras un rato de espera comenzamos con la misa recordando a quienes estuvieron con nosotros y ya no están aquí, con especial pena de recordar a Alcaide, con el que estuve no creo que más de un año, pero con el que sé que tenía mucha amistad, aunque no recuerdo ni su cara (se ha librado de acogerme en su casa si vuelvo por allí).
Menudo día. No sé cuántas horas de pie. Y como en Madrid, la mitad de las cosas están “ahí cerquita, puedes ir andando” (pero nadie te quita la media hora de andar), las sumas a las del acto y así tienes al volver a tu casa, tres días más recordar el aniversario (y sentirte las piernas) diciendo a tus amigos que fue fenomenal, pero que llegaste baldado.
Intenté hablar con muchos de vosotros y sacar fotos para recordaros, pero supongo que no lo haría ni con la cuarta parte. Es curioso cómo, simplemente con la comida que tuvimos en Valencia hace dos años, poco menos que todos los que allí estuvisteis, habéis pasado de ser “compañero desconocido” a ser “amigo de abrazo”, y no quiero decir nombres porque tendría que poneros a todos y consultar las listas de quienes vinisteis.
En los actos del aniversario, no sólo tuve ocasión de compartir con los más allegados y amigos más íntimos de la infancia (Eloy, Francis, Salcedo), 


sino de recordar a algunos que no pudieron venir (Mialdea, Zori, Portolés entre otros). Reconocí tras estos 50 años a Velayos, Pérez Nieto, Sureda, Marciel (lo mismo alguno más) y yo todo orgulloso porque decían, “pero tú eras más bajito” y la cabeza que algunos me sacaban en aquellos años, ahora ya no hay esa diferencia, y es que crecí después de las milicias.
Me dijeron que era del grupo C, aunque eso no me impidió estar hablando con otros que eran de otros grupos.
Con los más íntimos de entonces hablábamos, como si los 50 años transcurridos, hubiese sido un simple fin de semana cuando realmente, por el tiempo transcurrido sin vernos, somos unos desconocidos. Sin embargo, el cariño hace que todo sea diferente.
Además, el asistir a este aniversario, me sirvió haber para averiguar con quien iba apagando las farolas de la calle Oquendo los sábados al salir del cine del instituto, o quien venía conmigo rompiendo bombillas en no sé qué centro (creo que de investigaciones) en la calle Joaquín Costa, cosas que sabía que hice, pero no recordaba bien quienes fueron los cómplices. Y también me recordaron algo que tenía totalmente olvidado y es que robe dos talonarios de entradas para el cine del Ramiro de la que seguro que dimos buen uso.
Y me gustó que acabase el acto con el Salve Regina, que fue como agradecer a Dios, lo vivido ese día.
Dios quiera que en el futuro la salud y el ánimo, hagan que volvamos a encontrarnos, pues si no a muchos os echaré de menos, Ramos, Cerdán, Aberturas, Fojeda, Abellanas, Kurt, Rincón, Arenas, Quirós, Molinero, Pérez Nieto, Velayos …… , bueno y los que me dejo en el tintero con los que intercambié algunas palabras o recordé porque no vinieron.
Los actos se prolongaron con otro momento con la familia de Eloy (acabarían de mí hasta el gorro, pero como son casi familia, pues no tuvieron más remedio que dejarme descansar en su casa y de verdad me siento querido por ellos) y marchar a la cena, que no por ser más reducida, fue menos grata. Tan sólo la pena de que entre las fotos que mandaré a Ramos para el blog (o intentaré colgar yo en el mío) no le saque fotos a algunos, aunque tenía intención de hacerlo al final, pero las prisas de volver a casa a descansar me traicionaron la memoria.





Mis actos del aniversario continuaron en la mañana del domingo con una café con leche con churros y porras junto a Francis, para finalizar con una caña antes de coger el tren de vuelta.
A muchos podrá parecer que estos actos son un poco artificiales y un tanto “falsos” ya que el desconocimiento de unos y otros es grande. Pero os diré, lo que el día anterior me dijo uno de vosotros hablando de numismática, “las únicas monedas que pueden ser falsas, son las que parecen nuevas, porque es imposible falsificar las huellas que deja el tiempo en una moneda por su uso, las usadas son auténticas”. Y no cabe la menor duda de que el tiempo ha pasado entre nosotros, de que nos ha dejado las suficientes huellas para asegurar que somos auténticos y no existe falsedad en lo que hemos vivido.
Agradezco al amigo que en esta ocasión, y cualquiera anterior o futura, me acogió en su casa, al que me llevó un disco para que lo oyera aunque se le olvidase dármelo, al grupo que preparó con mucho cariño el encuentro que tuvimos, su esfuerzo e ilusión, a quienes hacen de máquinas del tren manteniendo viva la llama de la amistad y los recuerdos, a quienes empujan a los demás para que escribamos lo que sea, a los que saben escribir y nos documentan y enseñan con lo que escriben, a quien se fumó un cigarro conmigo en la escalinata y no sé ni su nombre, al que sin ser de la promoción se apuntó al carro (o así lo entendí), al que me pidió que le sacara una foto, y a todos vosotros compañeros que asistísteis o no, por formar parte de mi vida y de mi infancia.
Y si hay que agradecer a alguien en especial lo que hemos vivido este fin de semana pasado, es a las esposas del grupo promotor, que en tantas ocasiones han dejado al jubilado irse de cena, comida o reunión para hacer posible esto (cuando trabajasen eran normales estas cosas, pero no ahora), por dejarles fabricar esta ilusión para todos, a pesar de que hayan podido sentirse en un segundo plano y hasta discusiones por tanta dedicación. Así que os lo agradezco a vosotras de corazón.
Y como decía antes, al año que viene, se ha de plantar de nuevo la falla y hay que empezar a trabajar (de esto nos podía escribir algo Cerdán) y nos necesitan a todos.


Síntesis del 50 aniversario: lo pasé muy bien, gracias.

Tras el cincuentenario…… por Kurt Schleicher
  Hoy, cuando escribo esto, ha pasado exactamente una semana desde el día que nos vimos en el Ramiro después de 50 años desde que abandonamos el Instituto y nos dedicamos a darle forma a nuestras vidas.
   Objetivo cumplido, pues fue la primera cosa que nos propusimos desde que comenzamos hace ya más de dos años a organizarnos y tratar de lograr que la “Promoción 64” fuese algo más que una celebración, sino que fuese también un lugar de encuentros para el que quisiera. Es evidente que “nuestras cosas del Ramiro” es algo que nos une; estoy convencido que muchos de nosotros guardamos en el desván incunables de nuestros tiempos de colegiales y que ahora, tras estos 50 años, adquieren un significado marcado por la nostalgia y que se puede revivir si los encontramos y los distribuimos, regalándoselo a los demás. También, gracias a la prodigiosa memoria de Manolo Rincón y el aderezo de alguno más, hemos podido confeccionar unas “Memorias” que espero hayan hecho las delicias de más de uno en este contexto de nuestro pasado común.
 Pero ahí no se acaba todo. Hemos logrado recopilar los datos de casi 170 compañeros de Promoción, gracias a los esfuerzos y habilidades fundamentalmente de Vicente Ramos y Paco Acosta y hace una semana 85 compañeros nos hemos podido juntar en un acto que ya será inolvidable y un hito para todos nosotros, pero que tiene un pequeño “defecto”: que ya pertenece al pasado. Pienso que un encuentro como éste tiene más significado que el mero hecho de compartir unos momentos amables y entrañables entre nosotros, pues, empleando el símil de las velas, hemos logrado encender una llamita en cada uno de nosotros que sigue y seguirá luciendo, pero no deberíamos dejar que el soplo del tiempo apague esta llama – ni que se nos acabe la cera de la vela.
    Todos tenemos una lista Excel que con infinita paciencia ha confeccionado Vicente y en la que podéis encontrarnos a todos, con señas, correos y hasta direcciones en la mayoría de los casos; esto propicia ni más ni menos la posibilidad de mantener una COMUNICACIÓN con quien queramos. En paralelo, el blog que hemos creado sigue ahí y sigue abierto para que el que quiera pueda colaborar con escritos, aportaciones o comentarios lo haga, sin más limitación que las fuerzas del administrador, Vicente, por lo que, si se acumulase el trabajo, habría que tener paciencia para la publicación de nuevos artículos. Ya sabéis que el blog continúa también abierto para aportaciones de interés general o de actualidad, lo que le confiere un matiz cultural de indudable valía.
   A partir de ahora y siendo los que somos, lo primero que se me viene a la mente es que seguro que surgirán INICIATIVAS que propicien futuros encuentros. Sugiero que el que tenga una buena idea, no solamente la proponga, sino que se encargue de coordinar que se lleve a cabo, pues tampoco podemos pedir siempre “al mismo” que haga realidad dicho encuentro y me refiero especialmente a enviar la propuesta y recibir las confirmaciones de los interesados con tiempo suficiente para llevar a cabo las gestiones que se precisen en su caso. Ejemplos en el pasado: la quedada en Villaviciosa de Odón, la visita a TVE, la visita al Congreso, etc.- No descarto incluso que se organice algún viaje, pero la experiencia me dice que viajes lejanos o de más de uno o dos días suelen tener poco apoyo; en cualquier caso, contamos con una buena red de AVE y visitar alguna capital española bien comunicada (recordad Valencia) no sería descartable. Hace poco he visto un buen ejemplo de una promoción más veterana que la nuestra con la visita organizada en autobús a Toledo. ¿Qué os parecería por ejemplo repetir la excursión a Granada con visita a las gitanillas incluida? (Hombre, con 52 años más no sería “exactamente” lo mismo, pero tampoco tendríamos el freno del P. Gabino (¡!!!)…Con dos días no sería algo impensable, en especial en época de temporada baja. La cuestión es ponerse…
    Otro aspecto interesante es que si alguno de nosotros diese una conferencia, pues que “aproveche” nuestro caudal humano en la Promoción; siempre se agradecerá la asistencia del que pueda o quiera venir.
   Respecto a repetir algo como el cincuentenario es evidente que no se puede hacer con breve periodicidad, pero al menos unas “bodas de diamante” pudieran ser un buen objetivo; celebrar un “centenario” ya sería excesivamente optimista, aunque alguno seguro que lo logra. Alguien propuso un plazo de 5 años a partir de hoy; tomado nota. Sería el “cincuentaycinconario”; suena mal, pero ahí queda.
  Bueno, “los del Ramiro” seguiremos ahí hasta que el cuerpo aguante en lo que seamos capaces de apoyar.
   Antes de terminar, quiero remarcar el enorme agradecimiento a todos los que habéis venido al acto de celebración sencillamente por haberlo hecho y haber contribuido con vuestra presencia a que esta llamita se haya podido encender; en especial, quiero agradecer a los que viven lejos el esfuerzo que han realizado para venir. Me consta que hasta ha venido alguno del extranjero y otro de Canarias, que tampoco está cerca. En definitiva, gracias por vuestra colaboración para que el encuentro del cincuentenario haya sido agradable y sea un bonito recuerdo.
Hasta la próxima – y que sea eso: ¡próxima!
KS, Junio 2014
  

VIDEO DEL CINCUENTENARIO

José Luis Cerdán ha editado el siguiente video con las fotos de Kurt,




CINCUENTENARIO

...por Carlos Marsá

Reflexiones

1. ¡Qué pequeño es el Instituto, y que grande me parecía! Es que, entonces, yo era pequeño.
2. ¿Cómo he podido formar parte de la vida y de los recuerdos de tanta gente, tanto tiempo, y, sin darme cuenta hasta ahora?

Argumento

1. AGRADECIMIENTO.  
Gracias  por reavivar, y devolverme, una parte de mi vida que había perdido. Que ni siquiera sabía que existía. A todos, que lo habéis hecho posible. Pero especialmente, al Grupo del Ramiro, los organizadores, que con vuestro esfuerzo, hicisteis efectiva esta celebración. Con maravilloso acierto,  y una magnífica puesta en escena.
Disculpas para los que aún no he podido recordar. Y a aquellos con los que he tenido vivencias compartidas, y no he sido capaz de percibir, y archivar, en la misma manera. Al final, es una forma de enriquecimiento. Otro ángulo diferente para la mirada.

2. COINCIDENCIAS.
Suscribo plenamente lo que expresaron algunos en los parlamentos. Que si somos capaces de comprenderlo, esta puede ser la mejor etapa, la más feliz de nuestra vida. Entre otras cosas, porque es el presente. Lo real. La que hay que vivir intensamente.
Querría añadir, como opinión, que hay dos cosas sustanciales que reunir, para conseguir el objetivo:
A). APRENDER A REIRSE.
Naturalmente, si es que uno no sabe. De uno mismo. De la mujer. De los hijos rebeldes o desagradecidos. De los nietos en forma de erizo. De Rajoy y Rubalcaba. De si monarquía o república. Del poco dinero de la pensión. Incluso de la minusvalía que le ha quedado a uno. De la soledad. Del desánimo. Del desafecto.
En cualquier caso, hay que entrenar. Practicar con los músculos de la cara. Aplicar la ironía y el sarcasmo. Por muchos motivos que tengamos para lo contrario.
B). RECREARSE.
Renovarse. Adaptarse es la clave de la supervivencia. Vivir el presente, no en pasado. Durante 40/50 años, he ejercido de empresario y promotor deportivo. Os cuento algo mío que es el que mejor conozco. También servirá para que sepáis algo de mí, cincuenta años después.
En los últimos cinco años, estoy intentando reinventarme. Aunque os pueda parecer paradójico, ahora quiero ser escritor y humorista. Pretendo hacerlo de forma profesional. Quizá sea una entelequia.
Pretendo presentar mi primer libro en setiembre. Una novela sobre `las tripas´ del fútbol. Estoy ilusionado y también la editorial. Espero que funcione. Después vendrá una exposición de viñetas de humor. Se llamará `Las siete vidas del gato´. 45 litografías de `Umor Interactivo´. Editaré libro de la exposición, y publicaré un ensayo. Espero que divertido. Lo cierto es que nunca en mi vida había escrito, ni me había acercado al humorismo. Por lo pronto, me está resultando una experiencia muy satisfactoria. Es verdad que estoy trabajando demasiado.
C). PUNTO Y FINAL.
Para intentar que os riáis y aportar mi granito de arena al Cincuentenario, os envío ocho viñetas de humor. Se me han ocurrido en el viaje de vuelta a Granada. No me resisto a enviároslas. Espero que os sirvan para reíros.
Agradeceros a todos el gran día que me hicisteis pasar. ¡Un abrazo!













THE END

FELICIDAD Y GRATITUD.

...por RAFAEL GARCÍA-FOJEDA

Me recoge en casa un coche-berlina corinto; lo conduce un niño de 10 años, compañero de clase, pero no me extraña ¡puedo estar soñando! La única realidad es que me lleva a la iglesia del Espíritu Santo. Cuando llegamos, hay ya unos pocos esperando; mas, lo curioso es que hoy es sábado y no lunes, que es cuando nos corresponde asistir a la obligatoria Eucaristía semanal. Van llegando más niños, nos saludamos, hablamos un rato…No aparecen ni el padre Granda ni cualquier otro cura del Instituto y sí uno de los compañeros, sin sotana; con traje negro y alzacuello y eso me llama la atención ¿Cómo viste de semejante forma…?




 Nos juntamos ochenta y cuatro chavales de Primero de Bachillerato y uno, añadido de Segundo, que casi bloqueamos la acera de Serrano 127. Efectivamente, estaba soñando porque no corre 1959 sino 2014; todos hemos rebasado algo los 65 años, hace 50 que salimos de entre estos muros y queremos empezar la celebración de este día especial con una Acción de Gracias por reunirnos después de tanto tiempo; además, tenemos la fortuna
de que nos acompañan Manoli de la Cruz, viuda de Antonio, bedel de la ‘Prepa’, Rosa María Muro, hija de un bedel del bachillerato, hoy catedrática de Historia del centro, nuestras profesoras, Pilar Gálvez, Ramona Rey y María Dolores Pisón, todas con más de 80 o 90 años y, la directora, Coral Báez. Suena raro, pero las tuteamos, lo que nos da una sensación de cercanía y afabilidad fabulosas.
 Jorge Molinero, compañero sacerdote y celebrante, se topa con el primer y único obstáculo; no tiene un lector, por lo que me ofrezco a él y permanezco en el presbiterio hasta que leo el trozo escogido de la Carta de San Pablo a los Colosenses y el Salmo Responsorial. Es enriquecedor que, entre nosotros, hay dos “protestantes”; asisten a un rito católico gustosos de acudir pues, antes que nada, son de nuestra promoción. El tiempo va transcurriendo con mucho respeto de todos; las palabras de Jorge, muy sentidas, cercanas y de total actualidad pues menciona el varapalo a ‘La Roja’ ayer. Es, creo, el único instante en el que las risas cortan el silencio y el fervor en el templo tan querido de todos.
 En el Memento de Vivos, Molinero nombra a cada una de las ‘señoritas’ que están con nosotros y en el de Difuntos, por supuesto, pronuncia los nombres de todos los que compartieron este recinto en aquellos días, que hoy están en espíritu. Confieso que, durante esos minutos, se me empañan los ojos y tengo un nudo en la garganta.
 Una total comunión que tiene su muestra palpable cuando Aparicio, protestante, sí, pero, sobre todo, ‘pastor’, toma el micrófono y nos dice unas palabras, cómo no, surgidas desde su adentro.
Para una Acción de Gracias como la que pretendemos NO SE PUEDE PEDIR MÁS.

Nos cuesta salir, pero no queda otro remedio, porque hay por delante nuevas vivencias que compartir.

Y caminamos por la calzada de acceso, cruzando las clases con marquesinas de Eduardo Torroja, las de la ‘Prepa’, cambiándonos de grupo o, a veces, solitarios, recordando diferentes momentos vividos de niños.

Llegamos a las canchas donde tanto jugamos al baloncesto; al fondo, ‘La Nevera’, el Patio de Columnas y la Plaza, entonces, del Caudillo, pero ya sin estatua; diáfana, como si estuviera esperándonos impaciente para darnos un gran abrazo tanto tiempo después. Son repartidas pegatinas con los nombres de cada uno para que podamos saber quién es quién. Subimos la escalinata y, en el vestíbulo ¡a desayunar! -todo el catering lo sirve el negocio de otro antiguo alumno-. Nos movemos buscando café y demás alimentos, parándonos cada poco pues encontramos a un compañero de clase o a cualquier grupo y, tranquilamente, charlamos de mil batallitas, sin acordarnos de que tenemos hambre. Y, en un rincón -que no es Manolo-
las seis damas comen y hablan; se las ve con cara alegre.
 Como colofón, se trata de descubrir la placa que conmemora nuestro paso por estas aulas, lo que, desde abajo resulta imposible; por fin, una escalera es el solo utensilio que permite conseguir tal propósito. ¡Ya luce! Aunque está muy alta para poderla leer.

 Y… subimos hasta el primer piso para detenernos en la que fuese aula de 1ºA que, con persianas bajadas y luz encendida, da la sensación de que en ella se ha detenido el tiempo; es verdad que los pupitres no son los de antaño, pero imagino que esa vista nos produce  una cierta nostalgia; a mí, desde luego. 








Vemos, de paso el lugar donde estaba la piscina. Después pasamos a la capilla; luego, al despacho de la directora y, a continuación, ascendemos hasta el observatorio -nunca estuve aquí- mientras anécdotas, recuerdos, preguntas y comentarios afloran unas tras de otros con fluidez a la vez que contemplamos la panorámica parcial de la ciudad que se divisa desde esta altura.




 Recalamos en la Sala de Música donde Luis Ponce de León Barranco, también antiguo alumno del Instituto,  nos deleita, al piano, con una obra de Mozart y dos composiciones suyas que bien podrían ser bandas sonoras de películas. La primera, dulce y lenta, de una estilo a Los paraguas de Cherburgo; la segunda, más trepidante y rápida, puede ser la música de una persecución policial en cualquier cinta de acción. Es muy aplaudido. Se lo merece.
 Vicente Ramos -conductor de la “gala”- da el turno a Coral Báez que agradece la deferencia nuestra de recordar así nuestro paso por el Ramiro y, a continuación, se leen las líneas que han enviado para el acto Duplá, leídas por Cerdán, Paco Guijarro (las lee Paco Acosta); Víctor Martínez (Jorge Molinero) y yo, las enviadas por Julián Barquín.
 Ahora llegan los ‘momentos de gloria’ de cualquiera que le apetezca intervenir. Se suceden los de Fernando Piernavieja, Kurt Scheleicher, Paco Acosta, Vicente, Nicolás Pérez-Serrano Jáuregui y los míos que, sin tener nada especial que contar, relatan el castigo a mi hermano -hoy, por falta grave son dos días de expulsión- que se  extienden un poco más por recitar-interpretar un fragmento de La Venganza de Don Mendo. Logro provocar sonrisas, risas y… sorpresa.
Seguro que olvido a alguno/s de los que participa/is-. Pido disculpas.
No esperamos oír, pero nos gusta hacerlo, las intervenciones de Ramona Rey y María Dolores Pisón y, ya al final, de la Directora, Coral Báez.

La comida, como el desayuno, es una sucesión de ‘delicatessen’ así como un continuo ‘de oca a oca’ entre nosotros y, a veces, salidas al aire libre para ‘echar un pito’ aunque está prohibido fumar dentro del recinto y…nos puede costar caro. Las bromas, anécdotas, corrillos, no cesan en un ambiente la mar de distendido y entrañable. De hecho, en una de esas ‘salidas furtivas’, hablando con Carlos Sureda, él comenta que dudaba si acudir o no a esta cita y, después de vivirla, se alegra y mucho de haber tomado la decisión afirmativa.

Ignoro cuándo ni quién lo propone, pero casi al final, ‘dirigidos’ por Jorge Molinero, todos los asistentes entonamos ‘a capela’ el Salve Regina y como no podía ser de otra forma, inmortalizamos estas horas con una foto en la escalinata.

Nos aguardan  aún dos obsequios: Un libro de NUESTRAS MEMORIAS  y un LLAVERO de la promoción con el escudo del Instituto que, por supuesto, recogemos; el libro, algunos no pueden resistir la tentación de comenzar a echarle un vistazo incluso mientras caminan.

Sin género de dudas, la más cálida enhorabuena a los organizadores por su desinteresado trabajo y absoluta eficiencia.

Para resumir mi sentimiento  después de tan extraordinarias horas, solo se me ocurren dos palabras: FELICIDAD y GRATITUD.






UN DÍA EXTRAORDINARIO

… por Kurt Schleicher

   Y llegó el ansiado día del Cincuentenario de nuestra Promoción 64.
   Había quedado en recoger a una de nuestras queridas profesoras, nuestra Pilar de Química de 5º. Tenía la sensación de que eso era una cita; habían pasado más de 50 años desde que nos había dado clase y parecía que fue ayer. Allí estaba, guapa y mucho menos seria que en aquél entonces, cuando tenía que lidiar con todos nosotros y no podía permitirse sacar su carácter abierto y campechano. No sabía muy bien por qué, pero me sentía feliz.
   Según me acercaba, me topé en la entrada del Ramiro con un montón de coches haciendo cola para pasar por la verja; me tuve que colar, naturalmente, pues a mi pasajera debía dejarla cerca. Ya había un buen número de compañeros prestos para entrar en Misa en el Espíritu Santo.
   ¿Por qué estaría tan emocionado? Pues porque era nuestro cincuentenario y era el día que más compañeros nos íbamos a reunir: nada menos que 85. ¡Ochenta y cinco “chavales”, todos de la misma quinta, cada uno constituyendo una sorpresa al cabo de tanto tiempo, una vida, y sintiendo que “algo” nos unía. Me daba cuenta que a todos nos pasaba lo mismo: abrazos, sonrisas, recuerdos… estábamos todos disfrutando del placer del encuentro y de saber que nos lo íbamos a pasar muy bien.
  La Misa fue larga, pero Jorge hizo que nos pareciera corta. No le faltó nada por decir. Emilio puso la nota ecuménica. ¡Cómo cambian los tiempos!








  Después nos encontramos con el resto de los compañeros en el Hall. Y más emociones. La Directora, Coral, se sumó a las profesoras y procedió a descubrir la placa con alguna dificultad, pues estaba muy alta y se había roto el cordoncillo, pero aquello se solucionó con presteza gracias a Vicente y una escalera que apareció milagrosamente.  Coral nos dedicó unas sentidas palabras y nos dijo que éramos la Promoción más simpática; no lo sé, pero sienta bien que lo parezcamos, ¿no es verdad?  Manolo, nuestro “ primer ancestro común” de la promoción 64 (le podríamos llamar LUCA), nos recordó lo que estábamos haciendo allí.







  Comenzamos después a hacer la visita a las instalaciones y en especial a nuestra clase de 1º. No había cambiado mucho, pero nos daba la sensación de que había disminuido de tamaño. ¡Quiá! Éramos nosotros, claro, que habíamos crecido. No resistimos la tentación de sentarnos en nuestros viejos pupitres; parecíamos niños grandes. ¡Qué contraste! Después subimos hasta el observatorio astronómico recientemente remozado; la mayoría manifestaba que en su vida había “subido a esas alturas” y menos disfrutar de las vistas en la terraza, que eran “ligeramente” diferentes al cabo de 50 años, claro…











   Después nos dirigimos a la sala de Música, donde ya estaba todo preparado. Allí estaban ya sentadas en primera fila Coral y nuestras profesoras, Loli, Pilar y  Ramona compartiendo espacio con nuestra encantadora catedrática de historia y ángel guardesa del Ramiro Rosa María, y la simpática Manoli con sus muchos recuerdos. Manolo les pasó los regalos: ¡parecían niñas grandes ilusionadas con sus regalitos! 





Tras un concierto de música de piano y la lectura de cartas de algunos compañeros en tierras muy lejanas, empezamos un turno de contar anécdotas que aparecían encadenadas unas tras las otras. Incluso nuestras profes participaron también.
  El acto avanzaba ya a toda vela y se nos veía que lo estábamos pasando bien; no hubo que “animar” a la concurrencia, pues se animaba sola. Nos faltó tiempo; teníamos que haber cantado incluso, pero el reloj inexorable avanzaba y llegó la hora de comer y había que cerrar el acto, cosa que hizo Coral de forma distendida contagiada por la atmósfera general. 








   La comida fue servida por antiguos alumnos del Ramiro, y algunas muy guapas chicas, lo que hizo que más de uno pensara que había nacido demasiado pronto…
  Ya sólo faltaban las fotos en la escalinata para remedar en cierta forma las que hacíamos de más pequeños. ¡Pero qué buena pinta tenemos la promoción 64!





  No quiero terminar sin expresar un especial agradecimiento a mis compis de “los del Ramiro” por los buenos ratos que pasamos juntos preparando todo esto, igual que se prepara un proyecto: nos reuníamos a comer para ir quemando etapas y avanzábamos proponiendo ideas y soluciones, incluso votando cuando había propuestas alternativas. Quiero destacar que Manolo y Vicente además las llevaban a cabo, cerrando el bucle y haciendo poco a poco realidad todo lo necesario para que todo esto del  cincuentenario funcionase.
   Como digo siempre: cuando se hacen las cosas con cariño, es que solamente pueden salir bien…
KS, Junio 2014







14 J

...por Manolo Rincón. 
Dedicado a toda la Promoción 64

El día había sido planificado cuidadosamente con mucha anterioridad. Un trabajo previo de búsqueda de antiguos compañeros, realizado por Vicente y Paco, había dado sus buenos resultados.
Y 85 integrantes de la Promoción 64 a las 10 de la mañana del 14-J, se agolpaban en la entrada de Serrano de nuestro Instituto.
Mucha alegría y entramos en nuestra querida Iglesia del Espíritu Santo a la misa oficiada por Jorge Molinero.
Nos recordó que él no era ni Cuellar ni Granda. Fue una misa agradable, con una homilía donde recordó uno a uno a los 35 fallecidos de la promoción.
Luego en el hall del Instituto la Directora Coral descubrió nuestra placa.
En el desayuno nos comenzamos a reencontrar unos con otros.
En una improvisada visita estuvimos en el aula que fue 1º A en el año 57, que a todos nos pareció ahora muy pequeña.
Visita al despacho de dirección, al Museo Religioso, con una breve explicación de los maravillosos frescos del Sr. Cobos.
Visita al Observatorio y la terraza que casi nadie conoció en la etapa de estudiantes.
Después en la Sala de Música primero un agradable concierto por Luis Ponce de León, al piano (el mismo que utilizó Leopoldo Querol). Era otro antiguo alumno más joven.
Lolita Pisón, Pilar Gálvez y Ramona Rey antiguas profesoras con Manoli viuda de Antonio, el bedel de la Prepa, representaban el recuerdo vivo a ese pasado. Coral y Rosa María eran el Ramiro actual.
Se leyeron los mensajes de cuatro compañeros alejados en la distancia, pero unidos a nosotros en este día.
Luego recordamos nuestras antiguas anécdotas, en la propia sala, hasta que de nuevo en el hall tuvimos la comida, departiendo amigablemente entre nosotros.
Se repartieron las Memorias y llaveros.
Y al final de una manera improvisada se cantó la Salve en Latín en el hall del Instituto.
Y así terminó un gran día muy especial para todos.
Gracias por la acogida y colaboración de todos y esperamos reunirnos nuevamente pronto.
Por la noche hubo una cena en el Lobato, a la que acudimos 25 personas. Algunos compañeros con sus parejas.
Y cerramos hacia la una de la mañana este día tan entrañable para todos.
Desde aquí también dar las gracias a los numerosos compañeros que por mail nos han felicitado y nos han contado que pasaron un día enormemente feliz. Ese es el mejor pago a nuestros esfuerzos.



















EL ÚLTIMO VIAJE AL INSTITUTO

... por José Luis Cerdán

Con motivo de los actos del 50 aniversario de la finalización
 del bachiller en el Instituto Ramiro de Maeztu me propuse reproducir el camino repetido cuatro veces al día durante casi diez años.

Santa Feliciana 14-Santa Engracia (entonces García Morato, aviador heróico del conflicto 1936-39)


Pinchad en este enlace http://13escultor.blogspot.com.es/2014/06/el-ultimo-viaje-al-instituto-por-jose.html


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