VIAJE A ROMA PREU 64




Cortesía de Gonzalo Sánchez del Cura


VIAJE A ROMA, PREU 1964, por Manolo Rincón


En abril de 1.964, un grupo de alumnos de Preu, realizamos un sueño largamente acariciado: EL VIAJE A ROMA.Habíamos sacado dinero de las piedras (rifas, sesiones de cine, venta de coca-cola..), para poder afrontar los gastos de semejante hazaña, que se cifraban en unas 6 mil pesetas de la época, por persona. El Sr. Navarro (Historia), nos iba poniendo durante el curso los dientes largos con el recorrido previsto. Todo un auténtico privilegio poder ir.

El recorrido previsto era el siguiente: Madrid-Zaragoza-Barcelona. Barcelona-Niza (pasando por Nimes y Aviñón). Niza-Génova. Génova-Florencia. Florencia-Roma (Pasando por Pisa). Roma-Venecia. Venecia-Milán y regreso. La expedición iba capitaneada por D. Pedro Dellmans, asistido por D. Fidel, en su doble faceta de comentador artístico y sacerdote y cuidador espiritual del grupo.

Ilusionadísimos, con nuestra maleta, nuestro pasaporte y dinero cambiado a francos y liras, estábamos preparados una buena mañana en el Ramiro. El autobús era de lo mejor de aquella época. El chofer se llamaba Paco, muy majo e iba una representante de la agencia de viajes llamada Vicenta. De los compañeros que recuerdo, íbamos: Juan Miguel Ortiz, Kolia, Antón, Javi, José Luis Cerdán, Ballester, Paco Acosta, Iñaki, Valmayor, Jorge Molinero, Tomás Duplá, Manolo López García, Jesús Heredero, Carlos Marsá, Germán Cabrera, Emilio Aparicio,  Pablo Recio…. Rápidamente nos acomodamos en el autobús.

VIAJE
  1. Hasta Barcelona. La carretera nacional nada tenía que ver con la autovía y autopista que hoy disfrutamos. Teníamos que pasar Alcalá de Henares, y numerosos pueblos. La primera parada fue Calatayud, para ir a comer a Zaragoza, con vistazo rápido al Pilar. Luego ya a Barcelona, viendo de lejos al pasar Monserrat. Vi algún cartel de 25 años de paz (a algunos les habían arrojado botes de pintura roja) en Catalán, en la carretera, por lo que no estaba tan perseguido como se dice ahora. Paseamos por las Ramblas donde me llamó la atención el ambiente canalla que se respiraba. Y llegamos a cenar (fue la primera vez que oí hablar en catalán) y dormir a un hotel bastante bueno. La distribución en habitaciones fue un poco a nuestro aire, por lo que cambiamos bastante de compañeros en función del número de camas, durante el viaje.
  2. Madrugamos al día siguiente para desayunar y salir hacia la frontera, por Perpiñan, donde llegaríamos hacia las once, revisión de pasaportes y ya estábamos en Francia, Paco muy buen conductor. Lo primero que me llamó la atención fue que las carreteras tenían un carril central de adelantamiento a diferencia de las españolas. Veía carteles en Francés. En Nimes paramos a comer y de postre recuerdo unos buenos quesos. La comida he de decirlo, me pareció deliciosa todo el viaje. Vimos un antiguo anfiteatro romano y seguimos camino de Niza, pasando por Aviñón. En Niza paramos en el hotel Términus, antiguo y grandote (hoy ya demolido por desgracia), pero cerca del paseo marítimo. Después de cenar paseamos ilusionados por el paseo marítimo, viendo lujosos hoteles (El Negresco nos dijeron el más caro del mundo). Me gustaba Niza. La playa parecía de piedra. Íbamos a pasar el día siguiente allí así que después del paseo fuimos al hotel y tras una pequeña charla con D. Fidel y D. Pedro a seguir charlando en las habitaciones. Emilio Aparicio con otros, aprovechó el paseo para ir a una película de Brigitte Bardot.
  3. De día y con sol Niza me pareció una hermosa ciudad. Hicimos algunas compras, en mi caso vasos de duralex, un Tintín en Francés (Las joyas de la Castafiory), un flash para la máquina y algunos pequeños recuerdos. Había francos nuevos y viejos en circulación. Luego con el padre Cuellar (que se puso bañador y todo), fuimos a la playa, que era pedregosa. El agua era fría. Pero vimos ¡Oh sorpresa! chicas en bikini  y parejas besándose a plena luz del día, lo que era inusual en nuestro país. Creo que hice medio carrete de fotos, que desgraciadamente he perdido. Qué descubrimiento ese del bikini, maravillosos. No sé si D. Fidel nos llegó a llamar la atención. Francia me parecía más educada y elegante. Las casas me parecieron mejores que las nuestras y todo estaba caro. Luego a comer y salida para Génova, parando en algunas pequeñas villas. Compré algo de queso y chocolate. Paso fronterizo con carabinieri. Era Génova una ciudad gris, y había un tremendo atasco bordeando el Puerto. Luego ya iríamos por las maravillosas “autoestradas” hasta Roma. Génova era mucho más fea que Niza. Un gran monumento a Colón, recuerdo. El hotel era regularcejo, pero cenamos pasta muy rica y probamos por primera vez el Capuccino, en los cafés funcionaba el prepago. D, Pedro siempre bebía vino, parece que le estoy viendo diciendo que el agua que no era de Madrid le hacía daño. D. Fidel nos advirtió que si leíamos alguna publicación comunista, sobre todo L´Unitá, quedábamos excomulgados. Yo vi carteles del PCI, con martillo, hoz y estrella roja de cinco puntas. (En Francia el periódico prohibido era L’Humanite).
  4. Génova era ciudad de paso. El destino era Florencia. Llegamos a comer y vimos por la tarde la galería de los Oficios. Qué maravilla, yo quedé encantado, viendo en realidad lo que nos explicó doña Julia el año anterior. Me impresionaron las grandes estatuas como la del David de Miguel Ángel. Vimos la ciudad y en particular el mercado de las pulgas, donde ayudamos a Jorge a vender botellas de Fundador que se cotizaban bien y nosotros compramos alguna cosa de seda italiana tan afamada, paraguas pregables, cazadoras e impermeables. Por las noches, después de cenar nuestra ración de pasta (nos enseñaron a comer espagueti), comentábamos todas nuestras andanzas. Creo que todos estábamos muy contentos descubriendo otro país.
  5. Salimos después del desayuno para ir a Roma, parando en Pisa, para ver la torre inclinada y el baptisterio. Yo subí a la torre (hoy ya no se puede). Comimos de maravilla y camino de la Ciudad Eterna. Tantas veces soñamos con sus colinas, hoy ya la teníamos allí. El Hotel se llamaba Pensión Rampone y estaba céntrico (al lado de la Piazza de la República y la Estación Termini) podíamos ir andando a todos sitios. Íbamos a estar tres días.
  6. ROMA. Esa mañana fuimos al Vaticano, El Papa era Pablo VI (Juan XXIII había muerto el año anterior). Nos vino a acompañar un antiguo alumno del Ramiro, sacerdote. Nos ayudó a cambiar el dinero y nos facilitó tickets a precio reducido para la visita. En principio la Plaza de San Pedro me maravilló. La veía más grande de lo que imaginaba. Es una obra colosal y San Pedro me fascinó, qué lujo, qué obra arquitectónica. Única. Entramos a los museos Vaticanos y subimos a la cúpula. Pero sin duda la capilla Sixtina nos dejó extasiados. Yo recordaba que en el libro de Filosofía aparecía una foto de Dios tocando a Adán de la Sixtina, comentando el Creacionismo, pero esto superaba con creces lo que yo podía esperar. D. Fidel amablemente nos comentó toda la obra de Miguel Angel. Los Museos Vaticanos con una riqueza increíble de obras (por ejemplo el Laoconte, estudiado en Historia del Arte). Compré medallitas, libros, rosarios, estatuitas y recuerdos varios.
  7. Por la noche comentamos todo con D. Fidel y preparamos el itinerario del día siguiente: Coliseo panteón, catacumbas, Monumento a Victor Manuel, Plaza de España y Plaza Navona. Al día siguiente hicimos el recorrido. El Coliseo me encantó, al igual que los Foros que están en las cercanías. Las catacumbas eran emocionantes, Nos las explicó el sacerdote del Ramiro. El panteón precioso, la plaza de España con sus flores, el “Pastche” y terminamos tirando la moneda en la Fontana de Trevi (D. Pedro decía que él siempre la tiraba de frente). La ciudad estaba empapelada de carteles antifranquistas, conmemorativos del asesinato de Julián Grimau, que casi no sabíamos quien era. Cena en la Pensión Rampone y charla. Desde la Pensión Rampone vimos a unos tunos españoles con su capa. Les dimos cobijo pues no tenían ni habitación y se iban en tren a la mañana siguiente a España. Hacían Derecho y venían de amenizar la boda de Carlos-Hugo, pretendiente Carlista. Tocamos sus instrumentos y nos pusimos sus capas. Pasamos muy bien aquella noche y ya de madrugada se fueron. Las fotos reflejan el jolgorio
  8. Al día siguiente paseo final por Roma, algunas compras y comimos algunos helados cono de oro, que valían 100 liras nada menos, Antón tuvo el detalle de invitarme, lo cual le agradecí un montón. Y salimos para Venecia. Nos alojamos en Mestre Venecia, a unos kilómetros de la ciudad antigua. La plaza de San Marcos, el puente de los suspiros, el vaporeto, la góndola, la catedral. Todo nos pareció maravilloso.
  9. La última etapa era Milán. Viajamos desde Venecia por una autopista, nosotros estábamos todavía con el Plan REDIA, dos carriles de 2,5 mts. Y 1,80 mts de cuneta cuando se podía, nos llamaba la atención las cafeterías voladas sobre las calzadas y las mallas en los desmontes con el cartel “caduta massi”, que nos hacia mucha gracia. Vimos el Duomo, las galerías Victor Manuele y el Corso. Al día siguiente vuelta.
  10. Cruzamos la frontera y Francia por el interior. Y íbamos de retirada, un poco cansados pero muy satisfechos. Dormíamos en el autobús. Ya en Barcelona quisimos que nos subiesen al Tibidabo pero no fue posible. Estuvimos en el mismo hotel que a la ida. Y de nuevo comida en Zaragoza, descanso en Calatayud y llegada nocturna al Ramiro donde nos esperaban nuestras familias.
He recordado largamente este viaje. Conviví con mis compañeros, hablamos de muchos temas, D Fidel nos dio visiones políticas fuera del franquismo. Eso a nivel humano. A nivel cultural una maravilla.
Toda una experiencia inolvidable, que he tratado de describir para todos vosotros. La parte gráfica se debe agradecer a Paco Acosta y a Jose Luis Cerdán, ya que un servidor tenía pocas fotos y perdió algunas como las de los bikinis o las del hotel Terminus.












Estas viejas piedras del Campo dei Miracoli me dijeron hace poco que les gustaría volver a ver por allí a los chicos del Ramiro
 
A continuación un documento muy valioso, el plan de viaje, y algunas fotos que nos ha aportado Gonzalo Sánchez del Cura
 
 
 
 

 
Autostrada, inexistentes en España en aquellos tiempos


Misa en las Catacumbas

Gonzalo vigila el sueño de D. Pedro Dellmans

Otra foto de grupo en Pisa

El Papa en la misa
 
 


 
 
 
 
 
 
 



19 comentarios:

  1. Algunos detalles complementarios (sacados de las postales que enviaba a casa), y otros que me han “venido” al leer los recuerdos de Manolo:

    El viaje entre Roma y Venecia, resultó de mayor duración que lo inicialmente planificado. De Roma salimos a las 6:30 de la mañana (postal dixit) y teníamos previsto llegar a Venecia a la hora de comer. Pero creo que por haber hecho una parada más larga en Siena, (donde nos debimos demorar en exceso, pues visitamos la catedral, y además creo que fue allí donde tuvimos un atasco con el autobús, al que me refiré más adelante), decidió el “mando” que haríamos otra parada extensa en Bolonia, y que comeríamos allí por nuestra cuenta, es decir de bocatas (como no podía ser de otra forma, pues el presupuesto no daba para otra cosa). Al llegar a Bolonia, nos desplegamos en guerrillas a la caza de tiendas donde adquirir la gruesa mortadela de allí, en lonchas y metida como pudimos en los panini…. A Venecia llegamos por la noche, y cuando bajamos cenar, nos encontramos con la sorpresa de que los del hotel nos habían guardado la comida. Aquella noche, creo recordar, nos metimos al coleto, y por este orden: ración de pasta, cuarto de pollo, sopa minestrone y otra ración de carne. Me imagino que nos lo trincamos todo, con la habitual voracidad juvenil, sin rechistar, echando de menos el queso rallado que tanto escaseaba, y demandando “piu panne” y “piu acqua”…..
    2.- En algún lugar, a la salida de un pueblo (¿Siena?) nos quedamos atascados en una curva en U pronunciada (el autobús era muy grande, y no podía ir ni hacia adelante ni hacia atrás), con lo que bloqueamos la carretera. Tuvieron que venir los carabinieri a dirigir la maniobra y ayudarnos a salir de allí.

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  2. Habiendo estado en Siena no tendríais perdón de Dios si no os hubiérais hecho alguna foto en la plaza mayor (de la Signoria, me parece que se llama). Si alguno conserva una, plis que la aporte. Yo tengo muchas, pero son de mis viajes, no del vuestro. No podría atreverme a colgar una sola.

    Alfonso

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  3. Otro recuerdo inducido: Las Botellas de Fundador

    No se como, pero entre nosotros, a la hora de los preparativos del viaje, se difundió el que las botellas de coñac (bueno de brandy de Jerez), estaban muy demandadas, por aquel entonces en Italia. Dicho y “visto el negocio”. Uno que andaba “a la cuarta pregunta” (todos los ahorros, incluso los de la cartilla, se habían esfumado, para pagar el viaje), pensó que eso del contrabando no era demasiado arriesgado. Es más, podía ayudar a conseguir algo de efectivo para cubrir los gastos de bolsillo. Y como tampoco estaba para demasiados dispendios, me endeudé con mis padres, y me hice con un par de botellas de Fundador. ¡Esa marca era de las que “sonaban”, y al mismo tiempo una de las más baratas!. Luego, convenientemente liadas en varias capas papel de periódico (tradicionalmente considerado un poderoso defensor de vidrios contra todo tipo de golpes), las metí en la maleta.

    En la primera “dormida” en Italia corrí (corrimos, por lo que dice Manolo), a “realizar beneficios” con las susodichas. Por lo que recuerdo no resultó tan sencillo. Me parece que en el hotel no quisieron saber nada, y que, o fueron ellos los que nos dirigieron al mercado del jabalí (he encontrado una postal de él, supongo que en recuerdo de la operación -otros conservan su primer dólar-), o ya íbamos advertidos desde Madrid. El caso es que allí, en la primera tienda que vimos, tampoco quisieron hacer “negocio”, …. Al final, llegamos a una, que nos propuso un precio más bien escaso, y admitimos (admití) la transacción con una ganancia bastante reducida.

    Y esta fue la primera vez que hice de contrabandista…., las otras fueron las de traer unos quesos de Andorra, unos juguetes de Alemania para los niños y una casette para el coche…… ¡Vamos como los “charlines”!

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  4. Ya veo que lo pasásteis muy bien en la excursión a Roma.

    Viendo las fotos, veo que en alguna hasta os pillaron casi en paños menores, como a Antón Capitel sacando pecho al mejor estilo Cary Grant

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  5. Pues si, ahora que lo dices recuerdo lo de Siena. Era una ciudad preciosa. Vimos la plaza del Palio y la catedral. En efecto, el mando nos advirtió que como la comida estaba prevista en Venecia, si nos quedábamos en Siena teníamos que comer de nuestro bolsillo.

    Pocas liras nos quedaban después de Roma, pero comimos algo de embutido local y mucho pan.

    El incidente del autobús en efecto fue como dices. En una calle de casas antiguas, Paco el conductor no podía salir. Con mucha paciencia y ayuda de los policias, lo logró con un aplauso de los del lugar que estaban observando la maniobra.

    En Venecia, y dado que en la Pensión Rampone no se distinguieron por la largueza en la comida, pues hasta no nos querían dar pan, que hubiese ración doble nos sentó de maravilla. A mi todo me parecía un exquisito manjar. Estábamos en Mestre Venecia para el que tenga duda. Somos incapaces de recordar el nombre del Hotel.

    Sobre la venta del FUNDADOR. Nos dijeron en Madrid que solo querían fFundador. Recuerdo que en el hotel de Florencia no las quisieron, ni tampoco en un bar de al lado. Yo fuí con Jorge Molinero, que llevaba 6 botellas, al Mercado que creo llamaban de las pulgas, y tras varios intentos frustrados una Sra. Mayor de un puesto, le empezó a regatear, le decía que ella era como su abuela, y no se cuantas cosas más, hasta que cerraron el precio que para Molinero supuso una ganancia de unas 50 pesetas por botella, es decir unas 300 pesetas, que no estaba mal entonces.

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    1. El mercado en el que conseguimos vender las botellas de Fundador, es el Mercato Nuovo. Tiene un Jabalí de bronce junto a la entrada. Iba a colgar aquí una postal del Jabalí de Florencia, pero no se puede. (La he puesto en el blog personal, y si alguno quiere verlo, que pase por allí http://dirpacoacosta.blogspot.com.es/). Por lo que veo tampoco admite el enlace.....

      La tradición dice que para regresar a Florencia hay que tocarle el hocico, (se ve que está bastante resplandeciente), pero ignoro lo que ocurre al tocarle “otras partes” al bicho, que por lo brillantes que están también tienen muchos “manoseadores” (debe ser algo bueno…).

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  6. Viaje a Roma.
    Gracias por vuestra memoria, las cosas llegan a ráfagas pero llegan. Hay cosas que ni aún así.
    Las botellas de “Fundador” como contrabando ha sido una de ellas, yo llevaba dos y las vendí con un grupo. No me preguntéis quienes porque ni papa, pero sí que las llevé y no me las bebí.
    También recuerdo la compra de cazadoras o “anoraks” que en aquella época no abundaban por nuestra España, Esto lo recuerdo en Génova, en el barrio del puerto o barrio chino como se les llamaba a esos espacios. Ahora tenemos unos cuantos chinos en cada barrio y crecen.
    De Florencia nada. Me lo decís y yo oscreo pero he vuelto en dos ocasiones y para mi fue la primera vez. Me pasa lo mismo con el grupo de gente con la que trataba mas en aquella excursión, ni idea. La pena es que no haya ninguna “foto de escalinata” que bién pudiera haber sido en la de San Pedro.
    Os prometo seguir haciendo ejercicios de memoria y, desde luego, apoyar los que me lleguen.
    Alguien ha comentado la inveterada costumbre de la época de ligar y pedir direcciones y teléfonos. Pensando en las razones que pudiera haber. ¿No seriamos precursores de la movilización global y de las autonomías sin fronteras?

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    1. Es posible que alguien conserve fotos en la 'caja de zapatos'. Desde aquí invitamos a los que tengan alguna que las 'escaneen' si tienen con qué, y si no que las lleven a Valencia. Nosotros las 'escanearemos' y las colgaremos en su nombre. Que todo redunde en enriquecer este 'blog', que es de todos y que, con suerte, podría llegar a redondear la memoria que conservamos de aquellos prodigiosos años en que fuimos tan felices sin darnos cuenta de que lo éramos.

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  7. Angel:
    La obsesión por el ligue era una constante en aquellos tiempos. Y era un ligue muy sano. Normalmente te acercabas a la elegida y empezabas a decirla. Hola ¿Como te llamas?. Que uniforme tan bonito llevas. ¿En que curso estás?. Había algunas que te miraban con cara de mala leche y sabías que no te iban a dar ni la hora. Otras te sonreían y pronto se les soltaba la lengua y empezaban a contarte cosas. Que si les encantaba el Dúo Dinámico, que si les gustaba bailar, que les aburrían las monjas...Luego si tenías suerte te daban su teléfono y su dirección. Yo como no tenía hermanas así hice mis primeras amigas. Como tampoco tenía dinero, pues paseaba con ellas, cuando era en Madrid, normalmente por la zona de Nuevos Ministerios y Rios Rosas. Y me parecían guapísimas con aqueyos uniformes o azules o grises, de faldas tableadas.

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  8. Más de la Pensión Rampone.
    He hablado con Bartolomé, con mi hermano (que fue dos años más tarde) y todos recuerdan la pensión Rampone, como una pensionzucha de mal comer, cerca de la estación Termini. Recuerdan lo de echar una moneda para subir en ascensor, que estaba en un tercer piso y que era cutre hasta la saciedad. Es curioso que a todos se nos ha quedado muy grabada la famosa "Pensión"

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    1. ¿Se os quedó 'pensión' o se os quedó 'locanda'? Si fue lo primero, mal asunto. Las pensiones italianas son como los casinos italianos, pero de bolsillo. Lo que nosotros llamamos 'pensiones' para ellos son 'locandas', y son menos interesantes que sus 'pensiones'...

      Alfonso

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  9. De la pensión Rampone sólo recuerdo una plasta de risoto que nos sirvieron en una cena, aunque todavía no había aterrizado en Valencia, me pareció incomible.
    A Florencia llegamos un Lunes y claro la Sala de los Ufizzi estaba cerrada. Hubo cambio de planes, la visitaríamos la mañana del Martes, por la tarde iríamos a Siena y llegaríamos a Venecia a cenar en vez de a comer. Lo de las cazadoras y paraguas pregables fue en el Mercado de San Lorenzo, al lado de la maravillosa Biblioteca Laurentina de Miguel Ángel.
    Nuestro look se diferenciaba bastante del de los italianos, nos confundían con yugoeslavos.
    Hoy por lo menos en mi caso, me confunden con anglosajón, no creo que sea por mi elemental inglés, será por la globalización del vestir.

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  10. He recordado otra cosa. En Florencia, a un grupo (seríamos los cinco o seis del cachondeo, y de la "acogida" a los tunos en Roma)en lugar de darnos habitación en el hotel, nos albergaron en un apartamento, en un edicicio de "enfrente al hotel". Sí un apartamento, para nosotros solos, sin control ni nada.... Pero como éramos bastante pardillos e inocentones, no nos aprovechamos ni siquiera para escaparnos a dar una vuelta por la noche....
    Y a la mañana siguiente descubrimos que habían puesto un mercadillo en la plaza, entre el hotel y el apartamento.

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  11. En efecto José Luis fue así y en Siena debimos de pagarnos la comida. Al llegar a Venecia nos dieron la comida y la cena que nos supieron a gloria.

    Del hotel Términi (Niza), recordar que había un patio interior con un rosetón románico

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  12. Al haber encontrado "el incunable", (del que hay referencia en la parte central del blog principal), he publicado su trascripción en

    http://dirpacoacosta.blogspot.com.es/2013/01/trascripcion-dentro-de-lo-que-cabe-de.html

    Allí se aclaran todas las dudas sobre los días de viaje, las ruta que seguimos, donde dormimos, algo de lo que hicimos y, no se porqué tenía entonces tanto interés en ello, ¡lo que comimos cada día!.

    Por cierto, aunque contradiga lo que ha escrito Manolo (mucho y muy bien gracias su prodigiosa memoria)la PENSIONE RAMPONE estaba en Génova y no en Roma.

    El hotel de Roma debía ser "por el estilo"...., de ahí la confusión.

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  13. Llevaba bastante tiempo sin “releer” nuestro viaje a Roma (del que lógicamente conservo muy buenos recuerdos) y al ver las fotos, me he dado cuenta que tenemos una mal rotulada. Es la que dice “Otra foto de grupo en Pisa”. Pues mirándola bien, esa foto no es de Pisa sino de Roma, junto al Coliseo. La verdad es que da lo mismo, pero yo, de natural puntilloso, me he fijado en un par de detalles.
    A saber:
    a) los arcos que se ven no son los del conjunto de Pisa, (que en su parte inferior están “tapiados”) sino los del coliseo romano (que están “huecos”)
    b) nuestro compañero “Kolia”, va vestido con camisa blanca (y corbata, como casi todos); en la foto de Pisa lleva camisa oscura… No lo busquéis en la foto del grupo en Pisa (la que proporcionó Gonzalo Sánchez del Cura y que encabeza este post), pues en la explanada de PIsa unos cuantos de nosotros (supongo que ávidos de “aventuras” nos separamos del resto…). Y dejamos constancia de esta "escapada" en la otra foto…

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  14. Hoy a 52 años del viaje, me sigue pareciendo un sueño que se hizo realidad. Estaré eternamente agradecido a D. José Navarro que me permitió que pagando una modesta cantidad pudiese ir. El sabía perfectamente que estaba becado por el PIO.

    Es cierto que la Pensión Rampone, de infausta memoria estaba en una siniestra calle del Barrio Chino de Génova.

    He encontrado una etiqueta del TERMINUS de las pegar en la maleta.

    En fin recuerdos y más recuerdos. Siento que Manolo y Ángel ya no estén con nosotros.

    Merece la pena guardar estos recuerdos de aquellos felices días.

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  15. El hotel de Roma fue el Hotel Marconi, según he podido rescatar de unas viejas notas.

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